El Cuervo

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El cuervo siempre ha simbolizado la magia; se lo coloca al lado de magos y brujos. Su mensaje es el poder del espíritu; la magia. Tu imaginación, las imágenes que creas en la pantalla de tu mente, están vivas, tienen espíritu o fuerza. De ahí la importancia de visualizar. La fuerza del amor y la fuerza que genera la superación de un miedo, la fuerza de la voluntad humana que puede imponerse sobre otra fuerza, eso también es magia.
La ciencia ha descubierto la energía invisible que impregna toda la materia. La materia dura es espacio vacío en su mayor parte por donde circula la energía subatómica de la mecánica cuántica, como una energía adaptable a la voluntad humana. Eso es magia y el cuervo es su mensajero. De ahí su color, un negro profundo y brillante con destellos metálicos que hipnotiza. El vacío es oscuridad y es el color de sus plumas, como el agujero negro del espacio, la antimateria, la energía de la fuente creadora o la nada, donde reside la conciencia que disuelve lo físico.
Todo esto explica porqué cada pensamiento tiene un poder que se materializa, pues la realidad no es lo que parece, todo es más sutil que la simple visión mecanicista del mundo de antaño. La materia es un movimiento vibratorio y vacío, no algo sólido. Así, tu percepción del mundo es un reflejo de tu estado de conciencia. No estás separado del mundo, no hay un mundo objetivo ahí fuera. Tu conciencia crea el mundo que habita a cada momento. Eso lo afirma la física moderna. Hay una unión inseparable entre el observador y lo observado. Porque hay una energía moldeable a las expectativas del observador que lo hace partícipe de la realidad observada. El mundo exterior es una proyección de tu mente, el exterior no se percibe de una forma objetiva, las identidades dependen enteramente unas de otras. Tú decides: ¿ves la materia como una partícula sólida ajena a ti o como una onda maleable a tus expectativas, con magia? Lo que crees, creas y esa es la magia.
Hoy en día magia significa ilusionismo y espectáculo, engaño y fraude, algo irreal. El ser humano dormido trata el misterio de una forma supersticiosa e ignorante, con el ego, escucha con los miedos, los deseos y la duda. En cambio, el genio, el despierto, intuye los presagios, las pistas que da la vida, las señales cuando abre su corazón y escucha con él de una forma íntima y sabia. Siempre ha habido y habrá misterios que surgen del vacío. Conforme se desentrañan y se descubre la vida, dejan de ser misterios y pasan a ser ciencia, filosofía o arte; pero misterio sigue habiendo y debe respetarse con humildad. El soberbio afirma que no hay misterio, afirma que si no se ve, es que no existe. Hay que ser más humilde y admitir que sí los hay. Los humanos tenemos límites de conciencia y así debe ser.

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