El lagarto

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El lagarto nos trae el mensaje de los sueños. Es hora de ha­blar acerca del soñar.

Los reptiles son de sangre fría y tras la larga noche deben salir al calor del día para aumentar su temperatura, lo que aumenta su ve­locidad metabólica y mejora sus sentidos que pasan de un estado de ensoñación borroso a la claridad que les permite cazar y subsistir. En este momento te hablan del periodo de vigilia del humano insensible y egoísta. Tras un periodo al sol acumulan exceso de calor y buscan la sombra. Ya fríos, con sus constantes vitales nuevamente enlentecidas, se desligan del yugo corporal y se podría decir que simbólicamente están más receptivos al espíritu. Como son indivi­duos poco evolucionados, todavía no poseen en su cuerpo la tensión nerviosa suficiente para acoger las elevadas vibraciones de la conciencia y por ello reciben los mensajes de esa conciencia a través del soñar.

El lagarto te dice: «Si todavía no has abierto tus centros nervio­sos conscientes, confía en tus sueños que te muestran el camino». Así pues los sueños traen un mensaje. Al dormir, la conciencia olvida el cuerpo. En vez de gobernar las glándulas corporales diurnas, toman las riendas cen­tros cerebrales que reubican las vibraciones del espíritu. Por eso dormir sana y revitaliza el cuerpo y la mente. El gasto de energía que supone ver el mundo creyendo que tú eres lo que a tu cuerpo acontece, identificándote con las emociones y los pensamientos que esos acontecimientos generan, agota las fuerzas y es preciso volver a la fuente revitalizante periódicamente. La necesidad de volver a casa se advierte como fatiga. Restableces la relación con tu auténtico ser, con tu saber, y me­diante los sueños tu conciencia influye la pequeña parte lúcida de ti durante el día. De este modo, a tu mente diurna se le clarifican los conceptos, poco a poco, que hacen evolucio­nar y tomar decisiones y por tanto ayudan a buscar tu camino.

Hay otra forma de soñar; el ensueño, el soñar despierto. El lagarto también trae ese mensaje. Cada vez que creas imá­genes en tu cabeza, esas imágenes poseen tanta fuerza como fuerte sea la creencia de su existencia y con verdadero poder sobre lo manifiesto. Es energía crea­tiva pura y muy positiva. Abre caminos y posee el don de convertir los sueños en realidad. Tu creatividad personal está determinada por tu habilidad para soñar conscientemente, usando tu imaginación y por la fuerza de la creencia y la intención que pongas en ello. La imaginación es el pensar más elevado, porque piensas con imágenes, de forma simbólica, visio­naria, y junto con la inspiración y la intuición, sirve para comprender directamente la verdad, el mundo, sin el filtro egocéntrico del piloto automático. Imagina en tu pantalla mental qué deseas cambiar y lo que quieres llegar a ser; eso es ensoñar o visualizar. Llegar a tener una visión clara de tu futuro si no está en desacuerdo con tus auténticas creencias, contiene un poder capaz de realizarse en él.

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